Conoce la ciencia detrás de una piedra, donde el matiz, la saturación y la luminosidad convergen para definir la calidad.
Descubre la importancia de la saturación y cómo esta singularidad eleva el atractivo visual de cada piedra, desde rubíes hasta aguamarinas.
Descubre cómo el color, la claridad y el corte se combinan para definir la calidad y la belleza de cada gema.
En Maike Siegel, nos apasiona ofrecer joyas que destacan en cada aspecto, fusionando arte, ciencia y calidad para brindarte una experiencia única e inolvidable.
Conoce en este artículo el mundo de las piedras preciosas.
Color: el personaje principal de esta historia
En la ciencia del color, descubrimos que el matiz, la saturación y la luminosidad son los elementos que definen la riqueza de una piedra. El factor más relevante suele ser la saturación del color, que normalmente es una cualidad más escasa en las formaciones de piedras de colores. Comparando gemas de la misma gama de color, como los rubíes, descubrimos que la saturación marca la diferencia en la calidad del color. Una aguamarina con un celeste vibrante se valora más que una de tono pálido. En las piedras de colores más intensos, como por ejemplo zafiros azules, esmeraldas y rubíes, buscamos un equilibrio entre saturación y tonalidad luminosa. La piedra ideal despliega un color cautivador y brillante, evitando la oscuridad excesiva, que podría restar atractivo visual.
EJEMPLO: Cuatro zafiros azules que muestran una variación de saturación y luminosidad. El zafiro 1 posee baja saturación (un color azul muy claro). El zafiro 2 tiene buena saturación y además es un azul muy luminoso. El zafiro 3 tiene buena saturación en algunas áreas, pero su tono general es oscuro, y por ende menos luminoso. La piedra 4 tiene un tono tan oscuro que su color apenas se percibe, es casi negro. Sabemos que los tonos de colores son de preferencias subjetivas, pero la piedra 2 sería la considerada como de mejor calidad.
Claridad: ¿cómo se percibe el brillo de una piedra?
La claridad se relaciona con la cantidad de inclusiones que tenga la piedra. Son estructuras de pequeñas imperfecciones que se forman durante el proceso de creación de estas. Una gema "limpia a la vista" o en inglés “eye-clean” tiene la claridad óptima, donde las inclusiones son prácticamente invisibles. Sin embargo, en gemas como las esmeraldas, las inclusiones son más frecuentes que en otro tipo de piedras, lo que por ende las hace más aceptadas. Es por esto que una esmeralda con muy buena claridad (o con muy pocas inclusiones) se vuelve mucho más valiosa, porque además es un material más escaso de encontrar en la naturaleza.
Corte: La habilidad que transforma una piedra en gema
El corte, más que la forma, abarca la calidad del tallado, la simetría y el pulido. Una gema bien tallada no solo resalta su color y claridad, sino que también juega con la luz de manera encantadora. Este aspecto, el más subjetivo, es crucial para el brillo, que da vida a la gema.
El corte, como también la claridad, está directamente relacionado con el brillo que percibimos de una piedra. Para algunos, el brillo se refiere a la cantidad de “vida” que tiene una gema. ¿Brilla cuando lo balanceas? ¿La luz baila en la gema?, una gema con buen corte permite que la mayor parte de la luz que entra a la piedra se devuelva hacia el observador y despliegue el color.
La calidad del corte se refiere a qué tan bien se lapidó la gema o qué tan bien se colocaron las distintas facetas.
Tamaño: Más allá de las dimensiones
Aunque el tamaño no dicta la calidad, sí influye en su valor en el mercado. A medida que una piedra crece en tamaño, su rareza aumenta exponencialmente, lo que se traduce en un precio por quilate más elevado. Algunas gemas, como el cuarzo y el topacio, pueden alcanzar tamaños considerables, mientras que otras raramente superan los pocos quilates.
Valor comercial: ¿Qué elementos otorgan el precio a una piedra?
El precio de una piedra se compone de su calidad, tamaño, rareza y factores de mercado. La calidad, el tamaño y la rareza son los elementos más determinantes, mientras que las condiciones del mercado y la oferta y demanda también influyen en su valor.
Calidad: Las mejores calidades son más raras que las inferiores del mismo tamaño.
Peso: Las piedras más grandes son más raras y, por lo tanto, más caras por quilate que las de la misma calidad pero de menor tamaño. En definitiva, a mayor tamaño el valor va subiendo de forma exponencial.
Rareza: La frecuencia que encontramos la piedra en la naturaleza y en el mercado.
Factores de mercado: oferta y demanda, el valor del dólar y la situación del mercado global, si actualmente hay alguna dificultad para minar o en algún eslabón del comercio, el origen de la piedra, etc.
¿Cómo seleccionamos las piedras en Maike Siegel?
La calidad de una piedra de color es una combinación de muchos factores separados pero interrelacionados. En resumen, lo podemos reducir a una triada entre el color, la claridad y el corte.
En Maike Siegel nos esforzamos por asegurar un corte óptimo y una claridad que realce el brillo. En cuanto al color, aplicamos nuestra pasión y experiencia para ofrecer opciones atractivas de la más alta calidad, reconociendo la subjetividad en esta dimensión.
Al evaluar gemas, consideramos cada factor de manera consciente, recordando que, al final, la apreciación de estas piedras finas es comparable a disfrutar de una gran obra de arte. Ver la totalidad, más allá de las partes, es esencial para apreciar la belleza única de cada gema preciosa.
Estamos aquí para brindarte asesoramiento especializado, asegurándonos de que obtengas la joya que deseas con la más alta calidad posible.
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